RELACIONES CON PUEBLOS VECINOS
A todo lo largo de su frontera este, los mixtecos colindaban o convivían con los zapotecos. Sus relaciones fueron ya de paz, de guerra o de aliados contra los mexicanos, pero fundamentalmente han de haber vivido en un estado de tirantez que por fuerza debe existir entre dos grandes y crecientes poderes.
Durante esta última época los zapotecos, unidos bajo un solo rey, trataban de servirse de los mixtecos para sus propios fines y al mismo tiempo debilitarlos. Con esta mira, el rey Zaachila III hizo una alianza con los mixtecos para la campaña contra el Istmo de Tehuantepec y contra los mixes. Se dice que el rey mixteco -probablemente de Tilantongo o Coixtlahuaca- mandó 24 compañías bajo sus propios capitanes, y fueron ellos quienes soportaron todo el rigor de la campaña, quedándose con el sitio de la Mixtequilla por toda recompensa.
Este estado de cosas no escapaba a los mixtecos, y en las cercanías de Cuilapan había encuentros entre mixtecos y zapotecos. Cuando finalmente trataron los zapotecos de echarlos del Valle de Oaxaca, los mixtecos, enfurecidos, cogieron las armas y llegaron hasta Zaachila en el sur y a Chichicapa en el este; pusieron cerco a las fuerzas zapotecas en un cerro junto a Santa Catarina y Santa Ana, y fundaron varios pueblos al este de la ciudad de Oaxaca, entre ellos Xoxocotlán. Esto está corroborado por la Relación de Chichicapa, según la cual los mixtecos traían guerra contra su cacique, pero al saber que llegaban los españoles se reconciliaron zapotecos y mixtecos para unirse a los mexicanos contra los invasores.
Por esta fecha, o sea, poco antes de la llegada de los españoles, el enclave mixteco en tierra zapoteca se había además visto considerablemente reforzado. Un señor de Yanhuitlán se casó con una cuñada del rey de Teozapotlán, "el que vivió en Cuylapa porque se lo dió el señor de Teocapotlan para que allí viuiese. Entonces vinieron muchos más que abían venido antes".
La Relación de Cuilapa parece confundir este casamiento con otro que aconteció casi 300 años antes, al decir que: "En cuanto a lo que se pide de la guerra que tuvieron estos, es que como son estos gente de que se tienen en más por cierta ynjuria que se temio que se quería hazer al hijo de una yndia que vino de la misteca a casarse a teocapotlan se fue este yndio a la tierra de donde era oriundo y allí fabricó guerra y la anduvo moviendo, y finalmente estos tuvieron guerra con los de teocapotlan los quales reconociendo ventaja de estos se huyeron a tierra de teguantepec, y estos tienen por cierto y asi lo afirman (digo estos mistecos) que tenian sojuzgados a casi todos los gapotecas de los valles de guaxaca y asi les pagauan tributo y esta claro que pagándolo mitla y titicpan, y otros principales señal es que lo pagarian los que eran menos que estos.
Con sus otros vecinos tenían también guerras, pero su carácter era de litigios de fronteras entre poblados fronterizos y seguramente de poca trascendencia para las respectivas naciones. Una instancia de tales luchas fronterizas la tenemos: en el pueblo de Almoloyas, cuya cabecera y dos o tres estancias eran mixtecas y el resto cuicatecas. Como esta región es muy pobre, conseguían sus alimentos de los cuicatecos de le cañada, y cuando estos últimos se negaron a dárselos, los mixtecos tuvieron que recurrir al cacique de Yanhuitlán. Éste sujetó a todos los cuicatecos de esta zona, los que en adelante y junto con los mixtecos se convirtieron en sus tributarios.
En la Relación de Teotitlán del Camino (mazateco y mexicano), se dice que tenían guerra con la Mixteca e Ixcatlán porque "estaban como en frontera", y la de Texupa que "trayan guerra con vn señor chochon advenedizo el cual los subjetó". De lo que pasaba a lo largo de la frontera oeste nada sabemos. En el sur el poderoso rey de Tututepec llevaba guerra de conquista con todos sus vecinos: mixtecos como zapotecos. En el caso de los últimos lo recuerdan las relaciones de Mitla y Coatlán.
Ignoramos cómo los mixtecos llegaron a tener tanta influencia en un lugar que desde diez o doce siglos antes era el primer centro religioso-cultural zapoteco. Caso sospecha que data del tiempo de 8 Venado, Garra de Tigre (1011-1063), que dejó una estela en Monte Albán.
La importancia de este conquistador fue reconocida por el rey de Tula, quien le puso una nariguera especial, símbolo de su realeza. Vale además mencionar, que de acuerdo con las Relaciones de Teozapotlán y Cuilapa, se efectuó a la mitad del siglo XIII, el casamiento entre un rey de Teozapotlán y una princesa mixteca de Almoloyas, y que desde entonces vivieron mixtecos en el cercano pueblo de Cuilapan "aunque eran pocos que entonces vinieron".
Nada más natural que la princesa mixteca trajera consigo una corte de sacerdotes y artesanos que pudieran haber dado el estímulo para esta nueva cultura. Es de pensar que esta colonia fue reforzada con los años, porque llegó a tener 14,000 hombres casados, sin contar con el barrio mixteco de Teozapotlán. Una gran parte llegó al efectuarse un nuevo casamiento, entre un señor de Yanhuitlán y la hermana del rey zapoteco.
De acuerdo con Burgoa hubo ya en esta época una tentativa por parte de los zapotecos para deshacerse de los mixtecos, cuyas ricas tierras de Cuilapan rodeaban por todos a la capital zapoteca. Pero fracasaron y hacía menos de 200 años que los mixtecos habían colgado al embajador zapoteco encargado de echarlos, o sea alrededor de 1450.
1168-1350. El primer siglo de esta época debe verse a la luz de lo que pasaba en el centro de México. La caída del imperio de Tula originó una serie de movimientos migratorios y llevó a pueblos, como los toltecas, nonoalcas y los chichimecas de Xólotl y las siete tribus mencionadas en la Historia tolteca- chichimeca, a las fronteras de la región mixteca.
Según los Anales de Cuauhtitlán, fueron toltecas los que, en 1168, se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola; mencionan también a ciudades mazatecas, lo cual hace pensar que, en verdad, fueron los que hoy llamamos chochos-popolocas los que llegaron con los nonoalcas y que de ese tiempo data la infiltración chocha en el reino de Coixtlahuaca. Esto coincide con lo que dice la Historia tolteca-chichimeca, que después de la caída de Tula, primero salieron los nonoalcas y que no fueron seguidos de los toltecas hasta 15 años más tarde, lo que concuerda tanto con la cronología mixteca, según la cual la caída de Tula pudo haber acontecido en 1156, y la azteca en 1168.
Si antes había la posibilidad de que la zona mixteco-olmeca se extendiera hasta Amecameca y quizá Chalco, ahora, con la llegada de la gente quauhtinchantlaca, la frontera norte de La Mixteca queda fijada, cuando en el año 1174 (1298) ellos reciben de los tolteca-chichimecas de Cholula una serie de terrenos entre cuyos linderos meridionales se enumeran los pueblos de Acatlan, Chiautla, Petlalcingo, Chila y Tzotzollan (Sosola).
Por otra parte, también los señoríos de unos nietos de Xólotl establecidos en el siglo XIII en Zacatlán y Tenamític llegaban hasta la Mixteca. Qué tan profunda fue la huella dejada por esta infiltración de gente nueva, es difícil decirlo, pero sí sabemos que Coixtlahuaca llegó a ser un reino dilatado y poderosísimo, dado que en 1458 encontramos que la Mixtequilla o parte de ella dependía de Coixtlahuaca.
FUNDACIÓN DE LOS REINOS MIXTECOS
A través de los códices y las tradiciones se puede distinguir todavía otra época más, la de la formación de los reinos y cacicazgos en la Mixteca Alta. El año 692 es la fecha más temprana a que se ha llegado por medio de las genealogías dinásticas de los códices de esta región; pero Caso piensa que es posible llevarlas otro siglo más atrás, o sea hasta el año 600. Creemos que en los datos de las tradiciones citadas, y en la parte primera de los códices que tratan de los orígenes de los primeros pobladores y los primeros señores -si bien fuertemente influidos por los mitos-, se reflejan situaciones y hechos históricos.
La tradición, recogida tanto por el padre De los Reyes como por Burgoa, sobre los fundadores de las dinastías mixtecas, dice claramente que éstos fueron de un origen distinto y mucho más reciente que el resto de la población, y además, eran de filiación lingüística diferente a la de los antiguos habitantes, pero que adoptaron el idioma de estos verdaderos mixtecos. Si así fue, esta primera población era ya macro-otomangue, pero ignoramos quiénes fueron los primeros invasores de la Mixteca así como la época de su llegada, o si hubo varias inmigraciones; sin embargo, de su importante papel en la historia mixteca, no se puede dudar cuando la tradición dice que "trajeron los mandamientos y leyes a la tierra".
Códices y tradiciones parecen simbolizar las diferencias de origen por medio de distintos tipos de nacimientos: los meros mixtecos nacieron de la tierra, los nuevos señores descendieron de los árboles de Apoala y, en un caso, de Achiutla. En los códices se encuentran casamientos entre ambos tipos. Por la gran importancia dada a estos dos lugares, Apoala y Achiutla en conexión con los primeros pobladores, vamos a examinar más detenidamente las leyendas que a ellos se refieren, y su relación con las dinastías de las que hablan los códices.
Entonces encontramos que el pasaje de De los Reyes donde se dice: "los dichos señores que salieron de Apoala se habían hecho cuatro partes y se dividieron de tal suerte que se apoderaron de toda la Mixteca", parece tener su paralelo en el Códice Nuttall, donde está representada toda la peregrinación de cuatro hermanos míticos: 7 Quiahuitl, 1 Quiahuitl, 4 Coatl y 7 Coatl.
Pero es Burgoa quien liga la tradición de Apoala con los señores de Tilantongo, al decir que según un códice indígena "los hijos de aquellos árboles de Apoala... saliendo a conquistar tierras, divididos, el más alentado de ellos llegó al país de Tilantongo, y armado de arco, saetas y escudo, no hallando con quién ejercitar sus armas... juzgó que (el sol) era el defensor de aquella tierra y que se la impedía con los ardientes rayos que enviaba, y desenvainaba las saetas de la aljaba" entablando combate con el sol, mientras tanto se hacía tarde y al ver el sol ponerse todo rojo detrás de una montaña, pensó que se estaba muriendo, dejando por suya la tierra, y lo "hizo fundamento para ser un señorío y magnífico reino, el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca... de donde se extendió el lustre de todos los caciques que se dividieron en todas las cuatro partes de la Mixteca Alta y Baja, de Oriente y Ocaso, Norte y Sur".
Pero si suponemos que estas cuatro partes correspondían a las regiones nombradas por De los Reyes, veremos que podrían también identificarse con los más poderosos reinos mixtecos: Coixtlahuaca, en la Mixteca Baja; Tlaxiaco, en la cordillera hasta Putla; Tututepec, en la costa, y Tilantongo en la Mixteca Alta; cuyas casas reinantes estaban probablemente emparentadas por casamientos, según en el mismo párrafo refiere Burgoa del reino de Tilantongo, que era "el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca, con tanta estimación, que para calificarse de nobles los caciques alegan tienen algún ramo de aquel tronco".
Lo que establece una situación análoga a la de los toltecas en el centro de México. Un ejemplo de esto nos da el Expediente de Tututepec al decir que una de las cacicas era originaria de Tlaxiaco.
Otro sitio mencionado en los códices y las tradiciones es Achiutla, el centro religioso de La Mixteca. Ya vimos cómo una mujer de la dinastía pre-Tilantongo nació de un árbol en Achiutla. La leyenda, copiada por Burgoa de un códice indígena y de pinturas murales del palacio de Achiutla, se refiere a un personaje llamado Dzahuindanda y que ciertamente se puede identificar con Atonal de Coixtlahuaca, por la semejanza que existe entre los nombres atonal, que es el símbolo diurno para agua, y dzahui que quiere decir lluvia.
Solamente que, por una parte, el informante de Burgoa debe de haber fundido en uno al Atonal de los toltecas, quienes, según los Anales de Cuauhtitlán, en 1168 d. C., se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola (entre otras ciudades), y que en la Historia tolteca-chichimeca se menciona junto con Moquiuix, Timal y muchos otros, como hijos célebres de los chichimecas que salieron de Chicomostoc; y por otra, con Atonal, rey de Coixtlahuaca en tiempos de Moteczuma I; porque es poco probable que un pueblo que ha dado pruebas tan evidentes de su calidad de historiador como lo demuestran seis siglos de genealogías, se equivocara en sus códices acerca de lo que pasó 200 años atrás. Una deificación parece igualmente poco probable, visto que Atonal fue derrotado por Moteczuma I y traicionado por los suyos. Pero veamos lo que nos cuenta Burgoa, acerca de Dzahuindanda, quien fue
un capitán esforzadísimo que tuvieron... que gobernó los ejércitos de su iglesia, y que para poner en campaña todos los soldados que quería, tenía una gran talega o saco, y se subía a aquel monte (a legua y media al oriente de Achiutla) y por virtud superior, y en unas colinas espaciosas, se ponía en medio y haciendo oración a su dios, le pedía los soldados que quería, y sacudiendo la talega, salían de ella ejércitos copiosísimos con sus armas y rodelas y en aquel país los disciplinaba... afirman que al Emperador Moteczuma puso en tanto aprieto que lo cercó en los contornos de México ...
De especial interés en este relato es la mención de "los ejércitos de su iglesia", un dato que sí debe referirse a Achiutla, que entonces quizá estaba ligada a Coixtlahuaca, mientras en otras ocasiones, según el mismo Burgoa, dependía de Tilantongo.
Hay, finalmente, una serie de indicios de que la zona mixteca estuvo fuertemente ligada a los toltecas. Las dos culturas tienen un número de rasgos en común que sólo pueden explicarse por una larga convivencia entre ambos pueblos o partes de ellos. Además, podemos suponer que tal convivencia tuvo lugar en la época inmediatamente anterior a la fundación del imperio de Tula, porque rasgos de tal importancia como son el uso de nombres personales compuestos de un primer nombre calendárico más otro (como Aguila para hombres y Quechquemill para mujeres), no son fácilmente importados y aparecen desde el mismo principio de los códices, o sea antes del siglo octavo. También la mayoría de los dioses llevan tales nombres.
La existencia del culto a Quetzalcóatl es otro rasgo de igual antigüedad; se conoce arqueológicamente y de él descendían los reyes de Tilantongo. Por último, los mixtecos tenían una versión particular del sistema calendárico: usaban los mismos portadores de años como el sistema mexicano, con la diferencia de tener doce años de retraso, en forma que, por ejemplo, un año 2 acatl azteca equivalía a 1 acatl mixteco.
Jiménez Moreno piensa que posiblemente también los toltecas seguían esta manera de contar. Si podemos fiarnos de los datos de los códices -que en apariencia son de una sorprendente fidelidad-, esta gran antigüedad de los dos primeros rasgos puede también indicar que son originarios de La Mixteca. Aquí cabe también mencionar que Jiménez, basándose en las tradiciones de que Mixcóatl se fue hacia estos rumbos y que más tarde Quetzalcóatl mandó sus enviados a la Mixteca, ha expresado alguna vez la sospecha de que Mixcoatl y el gran conquistador mixteco, 8 Venado, fueron una misma persona.
Sin embargo, de acuerdo con los códices, 8 Venado nació en 1011 y murió en 1063; Mixcoatl, en cambio, nació en 896 o 908 y falleció en 935 o 947. Por otra parte, si nos apegamos a lo que dice la leyenda de que fueron los nuevos señores -no mixtecos-, quienes trajeron los mandamientos y las leyes a esta tierra, podía ser el Valle de Morelos un posible lugar de convivencia para toltecas y mixtecos. Esta región ofrece analogías con ambas culturas, si recordamos que el Tepozteco también tenía su nombre calendárico Ometochtli (deidad además de la gente mexicana de Piaztla), y ciertas semejanzas apreciables en las ruinas de Xochicalco. Además Xochicalco principia alrededor de 750 d. C., o sea en una fecha muy cercana a la fundación de las dinastías reinantes de la Mixteca Alta, según los códices.
Si estas influencias les llegaron del norte, algunos de sus portadores tienen que haber sido fuertemente nahuatizados y, mientras la mayoría fue absorbida por los verdaderos mixtecos y adoptaron su idioma, otros deben de haberse conservado más puros. Esto explicaría la existencia del mexicano "corruto" de la provincia de Totola que se habló en Piaztla, y quizá el aislado dialecto mexicano hablado por los "chichimecas" del puerto de Huatulco. Este último lugar formaba parte del reino de Tututepec.
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